1913-2009
Recordar al Dr. Rosemblit me produce una sensación cargada de gratos recuerdos y emociones de estos últimos 36 años que compartimos. Comenzaron cuando mi padre me comunicó que había conocido un famoso endocrinólogo, en 1973, y le solicitó la posibilidad de tener una entrevista con él. Ese médico era el Dr. Rosemblit. Allí comenzó una profunda relación que duró hasta sus últimos días.
Comencé en el Hospital Penna descubriendo esa tremenda capacidad de trabajo y la especial dedicación a sus pacientes, privilegiando la idea de que no hay enfermedades sino enfermos.
Compartimos el gusto por las mascotas y todas las enseñanzas que éstas nos dejan.
En estos momentos de frío materialismo, disfruté de una relación que me enriqueció profesional y espiritualmente.
Gran amante de la música, compuso entre otros, el vals “Amalia” dedicado a su esposa.
Su labor como médico se extiende por varios hospitales. Fue Miembro de Honor de la Asociación Médica Argentina en diciembre del año 2000.
La Monografía Síndrome de Klinefelter, Reifenstein y Albright le permitió ingresar como miembro titular a la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo. Primera casuística publicada en el país sobre este síndrome.
Fue presidente y vicepresidente de la Sociedad de Endocrinología; Docente libre de la Facultad de Medicina, Jefe de Endocrinología del Hospital Municipal de Oncología y Hospital Penna.
En él, figuras como los Doctores Castex, Foglia, Houssay, del Castillo influyeron notoriamente por su rigurosidad científica y el interés por la investigación; siendo las enseñanzas que de ellos recibió las que marcaron mi actividad profesional.
Dejó una impronta que espero poder continuar.
Fue un hombre de bien.
Un saludo de hasta siempre de un admirador de su gran labor académica y personal.