SANDOVAL HF1, TOVAR J2, SALGADO GG3, ROMERO ML2
La deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de anemia, la cual se corrige con suplementos de hierro, que pueden administrarse por vía oral o intravenosa. La vía parenteral permite corregir la deficiencia de hierro y la anemia de manera más rápida y eficaz. A pesar de su buen perfil de seguridad, la ferroterapia intravenosa con carboximaltosa férrica no está exenta de efectos adversos. Uno de ellos es la hipofosfatemia secundaria, cuyo mecanismo de acción se postula como consecuencia de un aumento de los niveles de factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23), lo que conlleva a la pérdida renal de fósforo. Presentamos el caso de una paciente de 87 años con descompensación de su falla cardiaca secundario a hemorragia de vías digestivas altas. Quien presentó anemia ferropénica manejada con hierro carboximaltosa (2 dosis), con posterior hipofosfatemia y persistente significativa (0.82 mg/dl) asociado a hipocalcemia, déficit leve de vitamina D, niveles normales de magnesio y elevación de la hormona paratiroidea (PTH), con gammagrafía de paratiroides negativa para adenomas o hiperplasia de paratiroides. Se diagnosticó hipofosfatemia inducida por hierro carboximaltosa y se instauró reposición parenteral de fósforo con glicerofosfato sódico y reposición oral adjunta con calcitriol, colecalciferol y carbonato de calcio, logrando estabilización del fósforo sérico sin requerimiento de otras intervenciones adicionales. El hierro carboximaltosa ha traído múltiples beneficios como terapia de reposición parenteral de hierro, no obstante, es importante conocer también sus efectos adversos, dentro de los cuales se incluye la hipofosfatemia.
Iron deficiency is one of the most common causes of anemia, which is corrected with iron supplements, which can be administered orally or intravenously. The parenteral route allows iron deficiency and anemia to be corrected more quickly and effectively. Despite its good safety profile, intravenous ferrotherapy with ferric carboxymaltose is not free of adverse effects. One of them is secondary hypophosphatemia, whose mechanism of action is postulated as a consequence of increased levels of fibroblast growth factor 23 (FGF-23), leading to renal phosphorus loss. We present the case of an 87-year-old female patient with decompensation of her heart failure secondary to upper gastrointestinal tract hemorrhage. She presented with iron deficiency anemia managed with iron carboxymaltose (2 doses), with subsequent significant and persistent hypophosphatemia (0.82 mg/dl) associated with hypocalcemia, mild vitamin D deficiency, normal magnesium, and elevated parathyroid hormone (PTH), with negative parathyroid scintigraphy for parathyroid adenomas or hyperplasia. Iron carboxymaltose-induced hypophosphatemia was diagnosed and parenteral phosphorus replacement with sodium glycerophosphate and adjunctive oral replacement with calcitriol, cholecalciferol and calcium carbonate was instituted, achieving stabilization of serum phosphorus without requiring additional interventions. Carboxymaltose iron has brought multiple benefits as parenteral iron replacement therapy, however, it is important to be aware of its adverse effects, including hypophosphatemia.