Escalada, L. F.*; Schaller, R. H.**; Husulak, Elizabeth**; Insaurralde, C.**; Stasiuk, Margarita E.**; Junco, M. °; Sartorio, G.°°; Niepomniszcze, H.°°°*
Un total de 795 niños fue estudiado en este monitoreo de bocio endémico en dos ciudades de la Provincia de Misiones: Apóstoles y Posadas. En la primera se palpó el cuello de 371 alumnos de escolaridad primaria, mientras que se hizo lo mismo con otros 424 de Posadas. La palpación tiroidea fue llevada a cabo, a cada alumno, por los dos médicos participantes. Sin embargo, con la finalidad de aunar criterios con lo realizado previamente 1,3 se tomó como única referencia la palpación de H.N. La definición del grado de bocio fue similar a la utilizada en los otros relevamientos 1. Se determinó la yoduria en muestras casuales de orina emitidas por los niños una vez que fueron palpados (318 de Apóstoles y 249 de Posadas). Simultáneamente, se midió el contenido de yodo en 303 muestras de sal de consumo hogareño de Apóstoles y en 205 de Posadas. En la Ciudad de Apóstoles se consideraron separadamente a los alumnos de los turnos mañana y tarde, debido a la marcada diferencia existente en el nivel socio-económico de estos escolares, habiendo sido el de la mañana sustancialmente superior al de la tarde. El examen palpatorio de los niños reveló solamente la existencia de bocio grado 1, con la única excepción de un varón del turno tarde de Apóstoles que tuvo un bocio grado 2. La prevalencia de bocio en la Ciudad de Posadas fue del 19,3%, mientras que en Apóstoles varió significativamente según el turno: 9,5% a la mañana y 18,7% a la tarde (p<0.01). Los niveles de yoduria tuvieron, en Posadas, una x de 137mg/L y una mediana de 125mg/L. En Apóstoles no hubo diferencias entre las yodurias de ambos turnos, siendo la x=182mg/L y la mediana=169mg/L. No se encontraron diferencias entre los niños con o sin bocio, ni tampoco según la marca de sal consumida. El contenido de yodo de las sales que consumieron más del 90% de las poblaciones escolares estudiadas, en ambas localidades, fue suficiente. Se contabilizó un total de 17 marcas diferentes de sal, de las cuales 13 tuvieron una concentración de yodo apropiada, con una media promedio de 34,3mg/Kg. Sin embargo, las otras 4 marcas eran muy deficitarias. Tres de ellas fueron consumidas por tan sólo el 0,6% de los alumnos, pero la cuarta, que tuvo un contenido yódico de 7,8±(D.S.)16mg/Kg, llegó a ser consumida por el 8,2% de los niños de Apóstoles y el 2,9% de los de Posadas. A pesar de ello, la prevalencia de bocio fue totalmente independiente de la marca de sal utilizada. Por estos resultados, incluyendo las yodurias, se deduce que tanto en Posadas como en Apóstoles no existe actualmente déficit de yodo. El consumo de mandioca forma una parte importante de la dieta de los pobladores de estas regiones, particularmente de aquellos con bajo nivel socio-económico. Es probable que este hecho explique las diferencias observadas entre los niños de los turnos mañana y tarde de la Ciudad de Apóstoles. Los alumnos de Posadas, cuyo nivel de pobreza fue equivalente a los de la tarde de Apóstoles, también tuvieron una prevalencia de bocio similar. En base a estos datos, concluimos que el consumo de mandioca podría guardar una relación directa con la alta frecuencia de bocio observada en la Provincia de Misiones.