San Luis
En 1965 Petrino halló una prevalencia de bocio del 40,5% en escolares en San Luis capital y 28% en 1636 varones de 20 años.
En 2001 se estudiaron 482 escolares; 382 de San Luis y 100 de Balde.
La palpación de 143, de San Luis 2 con bocio multinodular con una prevalencia total del 6%; en Balde se examinaron 72 con el 12% de bocio.
Los niveles de yoduria fueron media 145,8μg ± 79,6 μg (DS)/L y mediana 141,3μg ± /L en San Luis.
En Balde la yoduria media fue de 136,6μg ± 153,3μg (DS)/L y la mediana 98,1μg/L y los niños con bocio tuvieron una mediana de 103μg/L.
El yodo en las sales fue mediana 24,8mg/K en las de San Luis y 24,2mg/K en Balde.
El porcentaje de muestras con contenido de yodo<15mg, fue del 19,3% para San Luis y Balde.
La existencia de bocio ha sido atribuida al pauperismo general existente, aunque también se contempla la posibilidad de alguna sustancia bociogénica.
Revista Argent Endocrinol Metab 42: 116; 2005
Jujuy
En 1965 se realizó una encuesta probabilística de 2111 varones de 20 años, quienes constituían una muestra para su edad y sexo de toda la provincia, entre los que se halló una prevalencia de
bocio del 52%, con el 94,5% de difusos y el 5,5% de nodulares, la tasa más alta fue de 71,4% en San Antonio y la más baja en Santa Catalina con el 25,5%.
La encuesta mencionada en el pie del artículo fue realizada en 2002. Se examinaron un total de 692 escolares. En San Salvador de Jujuy 344 y en Tilcara 348 niños.
La palpación mostró bocio en San Salvador 4,1% y en Tilcara 10,9% en 3 con nódulos únicos.
Las yodurias fueron en Jujuy una media de 60μg ± 4 7,8μg (DS)/L y mediana de 46μg/L y de 38,5μg/L, los niños con bocio y en Tilcara la media fue de 62μg ± 45μg/L y la mediana de 44μg/L con promedio de 49,9μg/L para los niños con bocio.
Las sales de uso nacional tuvieron una media de 31,3 ± 8,8mg/K para Jujuy y de 38,5 ± 14,8mg/K para Tilcara pero las marcas locales fueron de 4,5 ± 5,6mg/K para San Salvador y 4,4 ± 5,4mg/K para Tilcara.
Revista Argent Endocrinol Metab 42: 172; 2005
Tucumán
Daud encuestó 3.471 escolares, etre los que encontró una prevalencia de bocio del 39,6% y 574 varones de 20 años con 28,0%.
En la encuesta de 1965 se examinaron 7.186 varones de 20 años, una muestra probabilística para edad y sexo de toda la provincia, entre los que se encontró 21,3% de bocio, con el 96,1% difusos y el 3,9% nodulares. La prevalencia más alta fue en Trancas con el 44,8% y la más baja en Leales con el 3 l 3,6% La encuesta mencionada en el pie de este artículo fue realizada en 2002, se examinaron 1007 alumnos, 416 de San Miguel, 315 Banda del Río Sali y 276 de El Manantial.
Al examen clínico se encontró 3,6% en San Miguel, en el turno de mañana y 8,9% en el turno de tarde de Banda del Río Sali y 13% en El Manantial.
Las yodurias en San Miguel fueron promedio 91μg/L, mediana 66μg/L, en Banda promedio 72μg/L, mediana 58μg/L, en El Manantial promedio 67μg/L y mediana 46μg/L. Las yodurias de los alumnos que consumían sal de producción local, eran mucho más bajas. Los contenidos de yodo de las sales marca Celusal era de 31,1 ± 11,1mg/K y de 31,9 ± 11,8mg/K y para Dos Anclas.
Los valores para las sales de producción y distribución local fueron tan anormales que muchas fueron retiradas de la venta.
Revista Argent Endocrinol Metab 43: 54; 2006
Estas investigaciones dan una muestra cabal de que el “espíritu” de la endemia aún continúa presente, y que se justifica continuar estos estudios.
El caso de Tucumán es un modelo para otras investigaciones epidemiológicas a realizar en el resto del país. En lo referente a los contenidos de yodo de las sales ha sido demostrada su importancia, esto viene a subrayar el conocido fenómeno de que, sólo una pinchadura de un alfiler en el envase de la sal, atrae hacia sí, toda la sal yodada del paquete, ésto ocurre con los yoduros no los yodatos. Quizás, en algún momento, las autoridades sanitarias tomen conocimiento de la importancia de las investigaciones epidemiológicas y colaboren en su realización.